“Pensamos que íbamos a morir, la desesperación fue re fea”, dijo Melanie, quien está a días de dar a luz y es dueña de la casa contra la que se estrelló el avión privado que venía de Punta del Este. “Lo que más me duele es que perdí las cosas de mi hijo, que me costaron tanto tenerlas. La desesperación fue porque pudimos salir de pedo de ahí. Si mi hermano no rompía la pared, nosotros no salíamos”, afirmó la mujer, en diálogo con A24.